En los últimos años las expresiones de arte urbano y muralismo han demostrado ser un movimiento artístico complejo. Frente a un estigma de subproducto cultural entre lo vandálico hasta lo meramente decorativo o propagandístico, los exponentes del arte urbano han logrado posicionarse más allá de estos prejuicios contando con obras que presentan un riguroso manejo técnico, así como propuestas visuales que desafían las estéticas convencionales.
Sin embargo, más allá de su evaluación como piezas de arte desde un prisma académico, el Arte Urbano encuentra su principal fuente de valor en su capacidad por tejer relaciones complejas entre el entramado social y sus obras, generando vínculos significativos con las personas e invocando reflexiones tanto estéticas como sociales de manera transversal, lo cual el arte contemporáneo, desde su palco intelectual, no ha logrado, pese a su vocación de proximidad con la sociedad y el cotidiano.
La capacidad del arte urbano como herramienta para la apropiación efectiva y afectiva de los espacios comunes, se ve reflejada sobre todo en el fenómeno de traslado hacia el imaginario colectivo, donde muchas obras han demostrado ser capaces de traspasar la suerte de un destino efímero propiciado por encontrarse en territorio “desprotegido” y aún carente de políticas de conservación
Durante sus años en Santiago centro, esta obra fue motivo de una co-construcción donde se le atribuyó ser un contenedor de diversas historias y secretos, e incluso, tener la capacidad de revivir emociones y recuerdos personales en los distintos espectadores.
Es difícil imaginar un caso que grafique mejor este fenómeno en nuestro país, que el de la obra Ganza, del artista visual y muralista Javier Barriga. Este mural fue realizado en 2014 y permaneció casi intacto hasta el 2019 en la esquina de Santo Domingo con Miraflores. La obra presentaba la imagen de una mujer de espaldas con trenzas, bajo un recurso similar al claroscuro que, junto a una postura sencilla pero curiosamente expresiva, reforzó esa cuota de misterio y relato por descubrir que finalmente marcó a santiaguinos y visitantes, alojandose en la memoria de la ciudad hasta el día de hoy. Durante sus años en Santiago centro, esta obra fue motivo de una co-construcción donde se le atribuyó ser un contenedor de diversas historias y secretos, e incluso, tener la capacidad de revivir emociones y recuerdos personales en los distintos espectadores. Así lo relata hoy su creador con quien conversamos y quien, hasta estos días, sigue siendo reconocido por la obra que lo llevó a su consagración en las calles.
De a donde viene la inspiración para el desarrollo de este mural
Qué significa para ti esta obra y su memoria?
Santiago centro, esta obra fue motivo de una co-construcción donde se le atribuyó ser un contenedor de diversas historias y secretos, e incluso, tener la capacidad de revivir emociones y recuerdos personales en los distintos espectadores. Así lo relata hoy su creador con quien conversamos y quien, hasta estos días, sigue siendo reconocido por la obra que lo llevó a su consagración en las calles.
¿Crees que esta obra influyó en la percepción que tienen los santiaguinos hoy sobre el arte urbano? ¿De que forma?
Santiago centro, esta obra fue motivo de una co-construcción donde se le atribuyó ser un contenedor de diversas historias y secretos, e incluso, tener la capacidad de revivir emociones y recuerdos personales en los distintos espectadores. Así lo relata hoy su creador con quien conversamos y quien, hasta estos días, sigue siendo reconocido por la obra que lo llevó a su consagración en las calles.
¿Cuáles son los relatos asociados a esta obra que más te marcaron?
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Sabemos que pese a que ya no se encuentra en el muro, Ganza sigue presente en la memoria de la gente después de 4 años ¿Cómo has experimentado este fenómeno tan particular?
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Cual es para ti el sentido de llevar tu pintura al espacio público
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